Al parecer el estrés en el que viven las parejas, es producto de un círculo vicioso del que es muy difícil liberarse y el cual parte de la poca actividad sexual. Los encargados de un proyecto en la universidad de Psicología de Gotinga (en Alemania) encuestaron a 31.868 hombres y mujeres. El 36% de los varones y el 35% de las mujeres mantenían relaciones sexuales a lo sumo una vez a la semana, esto les generaba cierta frustración que descargaban en más horas de trabajo y otras múltiples actividades. Tanto hombres como mujeres lo único que quieren al llegar a casa después de una larga jornada de trabajo y la realización de múltiples compromisos sociales, es la cama pero sólo para dormir; en consecuencia su vida sexual disminuye por lo que hay más frustración. Las agendas llenas con múltiples compromisos a falta de sexo, se va convirtiendo en una válvula de escape que lo único que provoca es un mayor distanciamiento entre ambos que incluso puede acabar en separación. Aquellas parejas que en cambio tienen una vida sexual más activa, no tienen interés en llenarse de compromisos. Sólo un 5% de los miembros de este grupo se somete al estrés que supone una sobrecarga de actividades. "La frustración sexual impide que se pueda reducir eficazmente el estrés", señala el psicólogo Ragnar Beer, director del proyecto Theratalk, de la universidad de Gotinga. La solución para sacar el estrés es el encuentro íntimo con nuestra pareja. Los especialistas sexuales dicen que hacer el amor es terapéutico ya que después de haber tenido relaciones íntimas las personas descansan mejor, se levantan de mejor humor, se disponen a vivir el día con la mente más clara además de tener un semblante brillante y lleno de energía, pero lo más importante concluyen, es que las personas que tienen una vida sexual activa, no se llenan de obligaciones y preocupaciones por lo que su nivel de estrés es muy bajo. |